Tuesday, May 03, 2005

¡Jamás seré infiel! (anómimo)

La infidelidad en la prehistoria, segunda parte.

Luego del descubrimiento del arte de la exfoliación (de "ex", fuera y "folios", follaje) las mujeres descubrieron varias cosas. En primer lugar, eran diferentes de los hombres, Que aún no eran metrosexuales sino cavernosexuales y además estaban ocupadísimos muriendo presa de tigres diente de sable, heladas, lava volcánica y el ocasional enemigo de la caverna vecina enojado por una disputa pasional en torno a un sensual roedor. Rápidamente las mujeres descubrieron lo que hasta el presente consideran el valor más importante en lo existencial: la opinión que las demás mujeres tienen sobre ellas. Repentinamente, la tranquila caverna se transformó en un gallinero, con perdón de la licencia literaria. Nacieron así el cuchicheo, el rumor, el chisme y una incipiente práctica de la cirugía estética de aumento de senos con desastrosos resultados por lo rudimentarios de los elementos de pedernal.

También se produjeron cambios radicales en las relaciones de pareja. Espontáneamente los hombres dejaron a sus roedores y mamíferos y comenzaron a acercarse a la "nueva" especie, de delicada piel cubierta de cicatrices y suave rostro lleno de cortes y marcas de pedernal. Inmediatamente volvieron a los animales, quienes los recibieron con reticencia. Con el tiempo y con el advenimiento del metal, sin embargo, las mujeres comenzaron a lucir como hoy en día, es decir, unas mamitas tremendas y los roedores y mamíferos respiraron con alivio per sécula seculorum.

El renovado interés de los hombres por las hembras de su especie planteó el primer problema de Fidelidad: ¿quién era la mujer de quién? De acuerdo al notable antropopsicólogo (psicólogo pop) Dr. Jordi del Cuervo Espada de la Universidad de Navarra "los hombres no mostraban preocupación por establecer parejas de mediano y largo plazo pues 1) había pocos hombres, 2) había muchas mujeres y 3) no habían ni mediano ni largo plazo". Se estableció entonces un "Orden Poligámico" en el cual el macho más fuerte y dominante podía decidir cuántas hembras tenía, siempre y cuando cumpliera dos condiciones: primero debía poder mantenerlas alimentadas y protegidas y segundo debía poder satisfacerlas carnalmente. Las censuradas pinturas rupestres del valle del Ur nos muestran escenas representando la vida del Orden Poligámico, en las que por una extraña razón los machos de la especie son pintados con una enorme sonrisa.

La vida en comunidades poligámicas intensificó el progreso debido a que las mujeres dominaban el arte de la comunicación verbal, y ello derivó en el desarrollo del lenguaje en forma acelerada. Investigaciones de la Dra. Concepción Dolores García Camacho de la Universidad de Toluca nos permiten conocer las palabras más utilizadas en esas primitivas conversaciones. Con la ayuda de siete poderosos supercomputadores en paralelo, alimentados con software desarrollado por un grupo de doscientos programadores, la Dra. García Camacho introdujo todos los datos disponibles en forma escrita, fosilizada y rupestre pertenecientes a dos mil años del período Neanderthal. Luego de cuarenta y cinco días y noches de computación, el sistema logró reproducir exactamente un diálogo de unos pocos segundos entre tres mujeres Neanderthal.

"Ugh... mirala a esa, se cree ugh la dueña de la caverna"
"ugha ... no seas ugha... envidiosa... Las tiene mas grandes y por eso ugha el amo la tiene de ugha favorita"
"escuché que ugh ugh la caverna de al lado ugha tiene pieles de ugh guh bisonte en oferta"
"ugh ugh!!!! uuughhhh!!!!"

Luego se escuchan gritos y aullidos por unos segundos más y finalmente el sistema cayó en un prolongado reposo quemando varios chips. La Dra. García Camacho comenta: "considero ésto un avance de enorme magnitud en la comprensión de la forma de pensar de la mujer primitiva, sin duda muy rudimentaria aún en comparación con la muy evolucionada mujer de nuestros días". Inesperadamente, los doscientos programadores se pusieron a reír como locos.

Repentinamente (que en términos prehistóricos quiere decir cientos de miles de años), el dominante Hombre de Neandertal fue reemplazado por el Homme du Cro-Magnon, quien como su nombre lo indica era muchísimo más fino. Cro-Magnon introdujo muchas costumbres revolucionarias que modificarían de una vez y para siempre la vida de la cueva, la pareja y la de los roedores. L´Homme Du, como veremos, era un gran introductor, y por ese motivo las cuevas estaban ausentes de toda alimaña, las cuales huían a los mucho más tranquilos glaciares del Polo Norte, conservándose preservadas en el hielo hasta nuestros días, en los cuales pueden pasearse tranquilamente por nuestras ciudades sin ser abusadas.

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